La Mejora Continua puede definirse como una filosofía para mejorar los procesos, servicios y productos de una organización, mediante técnicas y herramientas, junto al desarrollo de una actitud general, que configura la base para una constante inspección, adaptación y mejora continua.
Con relación a la mejora continua, se lee en el Manifiesto Agile: “En intervalos regulares, el equipo reflexiona sobre cómo ser más efectivo para luego ajustar y perfeccionar su comportamiento en consecuencia (…) La atención continua a la excelencia técnica y al buen diseño mejora la Agilidad.”
Por esta razón, los marcos de trabajo ágiles como Scrum, incluyen al final de cada Sprint la ceremonia de Retrospectiva, siendo el resultado destacado de este evento, las acciones de mejora continua que acuerda el equipo para ir resolviendo sus problemas o impedimentos.
Asimismo, la implementación de la mejora continua sigue un ciclo (ciclo de mejora continua de Deming), donde una vez que se identifica la acción de mejora, ésta se planifica (Plan), se ejecuta (Do), se verifica o chequea su impacto en la situación que lo generó (Check) y se actúa implementando acciones correctoras o de cambio (Act) cuya inspección entra en el siguiente ciclo.
Observen cómo el ciclo de mejora de Deming (años 1950), que algunos llaman la espiral de la mejora continua, implica iterar en soluciones hipotéticas (experimentos) que, de acuerdo con los resultados de la verificación (inspección), se actúa para adaptar los procesos a las nuevas mejoras. Esto entra en un ciclo continuo de mejora en la búsqueda de la excelencia técnica, que como sabrán, no es un punto de llegada o meta, sino un camino.
Ahora bien, algunos se estarán preguntando ¿cómo estando siempre tan ocupados, con agendas atestadas, bloqueos, problemas y presiones diarias, podemos encontrar espacio para la mejora continua?
Voy a abrir un paréntesis en este hilo de conversación antes de proponer una respuesta a la pregunta, se trata de las fases por las que pasa el aprendizaje.
Hay mucha información que no sabemos siquiera que existe, por lo tanto, somos Incompetentes Inconscientes. Luego escuchamos o leemos sobre el tema y pasamos a ser Incompetentes Conscientes, y al estudiar, comprendemos lo que proponen determinadas teorías y prácticas, y logramos una Competencia Consciente, que significa que lo entendemos pero que se necesita práctica frecuente y constante para que dicho conocimiento se convierta en Conocimiento Inconsciente, que es el lugar donde se encuentran nuestros Hábitos.
Los hábitos son actividades que realizamos día a día con naturalidad y que no genera un gran esfuerzo, y cuando se trata de cambiar o crear nuevos hábitos, esto viene acompañado de emociones que explican la resistencia al cambio, pero ese será tema para otro día.
Retomando la pregunta anterior, la respuesta podría estar en hacer que la mejora continua se convierta en un hábito, en una práctica cotidiana del equipo de trabajo, implementando una disciplina donde poco a poco van incorporando mejoras en sus procesos.
María Esther Remedios
@soy.agile.coach