Nos estamos llenando de nubes: OneDrive y la necesidad de almacenamiento

Por Abril Mejías y Manuela Ramírez

Servicios de Soporte América en GSB

¿Qué hacer si se te termina el espacio en tu disco duro o memoria externa y te urge guardar otro archivo? ¿Es posible que tú y tus colegas puedan ver y editar un mismo archivo y ver los cambios reflejados en tiempo real? Estas y otras utilidades son las que ofrecen los servicios de almacenamiento en “la nube”, que gracias a servidores online te permiten guardar y compartir archivos sin ocupar espacio en tu computadora, con sólo tener acceso a Internet.

OneDrive es solamente uno de ellos y quizás su mayor ventaja, especialmente en el ámbito laboral, es que puedes sincronizar carpetas con el Explorador de Windows, de manera que no tengas que entrar al navegador cada que quieras modificar o consultar un archivo. Por supuesto, otras personas pueden hacer lo mismo y tener acceso a los mismos documentos que tú desde su computadora. Eso sí: editar un archivo dos o más personas al mismo tiempo sigue siendo imposible al menos desde esta modalidad, si lo intentas te mandará un aviso de que “existe una copia en conflicto” y tendrás que esperar a que tu compañero termine de editar, cierre el archivo y se reflejen los cambios en unos segundos.

OneDrive fue creado por Microsoft y lanzado al público el 18 de febrero del 2014. Antes de OneDrive como lo conocemos ahora, se lanzó un primer prototipo en 2007 y su uso se popularizó bajo el nombre de SkyDrive, que ofrecía 250 MB para almacenar documentos, imágenes y música. Para mayo de 2008 ya se ocupaba en 62 países, por lo que Microsoft tuvo que ampliar su oferta a 5 y luego 25 GB de almacenamiento. También ofrecía planes de hasta 250 GB, pero a partir de 2016 se estandarizó a 50 GB libres para cualquier usuario.

Pero ¿a qué viene este afán de querer más y más espacio? Podríamos considerar dos motivos: primero los avances tecnológicos, si te pones a pensar, no pesa lo mismo un video grabado con un smartphone de última generación que uno grabado con uno de los primeros móviles con cámara. Al software para edición de archivos también se le hacen más y más modificaciones conforme pasa el tiempo, agregando nuevas funcionalidades y provocando que los archivos resultantes ocupen más espacio.

Y no sólo eso, sino que las operaciones en línea están cada vez más respaldadas en servicios de almacenamiento en la nube que en centros de procesamiento de datos convencionales. De hecho, desde 2017, analistas de la empresa Cisco calculaban que para este 2020 el 90% de las operaciones informáticas se llevarían a cabo en la nube; esto incluye operaciones bancarias, comercio electrónico, redes sociales y servicios de streaming.

Curiosamente, muchos de los usuarios que ocupan la nube no saben siquiera lo que es. Una encuesta revelada por Citrix lo demuestra, y es que “Cuando se pidió a la gente una contestación específica sobre qué es el cloud, el 29% respondió que es algo relacionado con el cielo o las nubes. Sólo el 16% habló de conceptos relacionados con redes, almacenamiento remoto y acceso desde dispositivos conectados. La colección de conceptos asociados con el cloud incluye humo, almohadas, papel higiénico, espacio exterior, dinero, redes misteriosas, drogas, el paraíso, tristeza o “el sueño de un hacker””[1]. Sin duda una tecnología que nos ha invadido sin darnos cuenta.

Claro que el espacio en los discos duros de las computadoras y la memoria de los smartphones también es cada vez más amplio, así como el de los discos y memorias externas que puedes conseguir, pero ¿alguna vez será suficiente? A esto viene el segundo motivo: las ganas de almacenar todo o el “miedo” a borrar archivos. ¿Te ha pasado que tu memoria está por llenarse pero tienes tantos archivos que no sabes por dónde empezar? ¿o estás a punto de borrar algunos pero lo piensas dos veces sabiendo que no los podrás recuperar? Especialmente en el ámbito laboral, en donde los archivos viejos se convierten en el “histórico” de la empresa.

La tecnología ha facilitado una masiva creación y descarga de contenido, sean documentos, fotos, videos o hasta música que, independientemente de su calidad o utilidad, sencillamente no dan ganas de borrar. Causa más tranquilidad saber que existe la nube y que no es necesario hacerlo, que la nube técnicamente puede ser infinita mientras las empresas que la ofrecen estén dispuestas a seguir ampliando el espacio disponible y los usuarios estén dispuestos a pagar por él.

 

 

Fuentes
[1] “El 95% De Las Personas Que Utiliza Servicios En La Nube No Sabe Lo Que Es Cloud Computing”, en Revista Cloud Computing https://www.revistacloudcomputing.com/2012/09/el-95-de-las-personas-que-utiliza-servicios-en-la-nube-no-sabe-lo-que-es-cloud-computing/

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