De acuerdo con los últimos análisis de perfiles laborales y educación en México y América Latina, nos muestran que aprender o saber un segundo idioma, especialmente el inglés, puede catapultar el perfil profesional de una persona hasta en un 60%.
Algunas estimaciones revelan que las personas pueden llegar a percibir un salario hasta 50% más alto, adquieren 60% más posibilidades de ser contratados y aumentan en un 30% la posibilidad de un ascenso, si aprenden un segundo idioma.
Y aunque hay muchas oportunidades y ofertas para aprender inglés u otros idiomas, la realidad es que cuesta trabajo integrar otro idioma a nuestro cerebro. Por lo tanto, si uno no tiene estrategias de estudio, es probable que se vuelva más difícil de lo que es en realidad.
Estudiar no significa simplemente leer o memorizar información; se trata de aplicar estrategias que faciliten la comprensión, retención y uso del conocimiento. A lo largo del tiempo, se han identificado múltiples técnicas de estudio que realmente funcionan, no solo para aprobar un examen, sino para aprender de manera significativa. A continuación, se presentan algunas de las más efectivas para el aprendizaje de idiomas, con una breve explicación y un ejemplo práctico de cada una.
1. Pruebas de recuperación (recall activo)
Esta estrategia consiste en tratar de recordar la información sin mirarla. Es una técnica muy poderosa porque activa procesos cognitivos profundos y ayuda a identificar lagunas en el conocimiento. En lugar de releer apuntes varias veces, el estudiante intenta escribir lo que recuerda, explicar el tema en voz alta o responder preguntas de práctica.
Ejemplo: Después de escuchar nueva información, cierra tu libro/cuaderno y trata de explicar el proceso paso a paso, como si se lo contaras a alguien más. Luego, revisa lo que omitiste o explicaste mal.
2. Espaciado (spaced repetition)
El espaciado implica distribuir el estudio a lo largo del tiempo, en lugar de concentrarlo en una sola sesión (también conocido como “maratón” o “empollar”). Este método mejora la memoria a largo plazo y permite reforzar los conocimientos gradualmente.
El uso de tarjetas con vocabulario permite aprender palabras nuevas mediante la repetición espaciada. Existen aplicaciones como Anki o Quizlet que programan automáticamente los repasos en intervalos adecuados.
Ejemplo: crea tarjetas con palabras nuevas y sus definiciones o uso, y revísalas cada día según el sistema de repaso de la app, además, en lugar de estudiar dos horas seguidas, estudia 20 minutos diarios durante cuatro días o cinco días, repasando y profundizando un poco más cada vez.
3. Elaboración (elaboration)
La elaboración es una estrategia que consiste en relacionar los nuevos conceptos con conocimientos previos, ejemplos personales o experiencias concretas. Esto ayuda a integrar la información en la memoria de forma más significativa.
Ejemplo: relaciona las nuevas palabras con otras ya conocidas o crea imágenes mentales aunque en la realidad no tengan sentido.
4. Escucha activa y shadowing
La escucha activa implica prestar atención a grabaciones en el idioma meta (pódcast, canciones, videos), tratando de captar palabras clave y estructuras gramaticales. El shadowing es una técnica que consiste en repetir en voz alta lo que se escucha, al mismo tiempo que el hablante.
Ejemplo: escucha un diálogo corto y repítelo imitando la pronunciación, entonación y ritmo del hablante nativo.
5. Inmersión y uso contextual del idioma
La inmersión consiste en rodearse del idioma tanto como sea posible: cambiar el idioma del celular, ver series sin subtítulos, escribir un diario, conversar con hablantes nativos o usar redes sociales en el idioma que se aprende.
Ejemplo: ve tu serie favorita en versión original y escribe un pequeño resumen en el idioma que estás aprendiendo al final del capítulo.
En conclusión, cada persona tiene un estilo de aprendizaje distinto, pero las estrategias basadas en la evidencia, como las anteriores, han demostrado ser efectivas para la mayoría de las personas que están aprendiendo un nuevo idioma. Combinarlas, adaptarlas y practicarlas con constancia puede marcar una gran diferencia en la calidad del aprendizaje, lo que en el futuro se puede convertir en una ventaja competitiva para tu perfil profesional.
Por Angélica Migueles